El examen de ultrasonido se ha convertido en una de las modalidades de imagenología in situ más comunes para evaluar lesiones musculoesqueléticas en caballos, ya que permite a los veterinarios visualizar casi cualquier tejido corporal, especialmente tejidos blandos como tendones y ligamentos. El ultrasonido utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para generar imágenes en tiempo real. El usuario coloca una sonda que emite ondas sonoras sobre la piel, dirigidas hacia la estructura a evaluar. Cuando las ondas sonoras encuentran una estructura o la interfaz entre estructuras, se reflejan de vuelta a la sonda, de forma similar al sonar de un barco. Cuanto más pronunciada sea la interfaz o más densa la estructura, más ondas se reflejan. Cuantas más ondas sonoras se reciben, más brillante aparece la estructura en la pantalla. Describimos este brillo como ecogenicidad. Por ejemplo, los huesos aparecen brillantes (ecogénicos), el fluido normal es oscuro (anecoico) y todas las demás estructuras están en algún punto intermedio.
En casos de cojera equina, los veterinarios suelen utilizar la ecografía para evaluar tendones y ligamentos, superficies óseas, líquido sinovial y cartílago. Los tendones y ligamentos pueden imaginarse como cuerdas compuestas de muchas hebras o fibras. Los tendones conectan los músculos a los huesos, mientras que los ligamentos conectan los huesos entre sí. Cuando los tendones o ligamentos se tensan, sus fibras pueden desgarrarse. Los veterinarios evalúan el tamaño, la ecogenicidad y el patrón de las fibras de los tendones o ligamentos para evaluar la extensión de su daño. Típicamente, las lesiones menores de tendones o ligamentos resultan en un aumento en su tamaño o área transversal. En casos de lesiones graves, los veterinarios pueden notar cambios en la ecogenicidad y el patrón de las fibras.
Normalmente, la ecotextura o patrón de tendones o ligamentos es uniforme (siempre el mismo); la vista transversal de un tendón normal muestra una estructura redonda u ovalada con sombreado uniforme. Un tendón dañado puede aparecer redondo y brillante (fibras normales) con áreas oscuras. Las áreas oscuras indican desgarros o espacios en las fibras donde las ondas sonoras no se reflejan. Las áreas de desgarro más grandes y centrales de las fibras se suelen denominar lesiones centrales.
Al observar la misma zona longitudinalmente, utilizando la sonda a lo largo del tendón o ligamento, las fibras lineales normalmente largas pueden aparecer más cortas y discontinuas o desaparecer por completo. Las anomalías no siempre son tan evidentes; el daño real puede ser sutil, como finas estrías lineales oscuras o bordes ligeramente irregulares.
Aunque el ultrasonido no puede penetrar los huesos, los veterinarios pueden usarlo para evaluar las superficies óseas. Debido a la alta densidad ósea, debería aparecer como una línea blanca, brillante y lisa en la pantalla. Los cambios en la superficie ósea alrededor de las inserciones de tendones o ligamentos, articulaciones artríticas, fracturas o lesiones de osteocondritis disecante (OCD) pueden hacer que estas líneas se vean interrumpidas o rugosas.
La evaluación de las estructuras sinoviales (articulaciones, vainas tendinosas y bursas) es igualmente útil. Las estructuras normales poseen una membrana que produce una pequeña cantidad de líquido lubricante rico en nutrientes. La inflamación causada por tendinitis, artritis, traumatismo directo o cualquier otro tipo de irritación provoca que la membrana produzca un exceso de líquido de mala calidad, a veces rico en células y proteínas. La evaluación del líquido sinovial y las membranas puede proporcionar información sobre la gravedad de la inflamación. Además, los veterinarios pueden detectar defectos en el cartílago articular causados por traumatismos o trastornos del movimiento.
El uso de la ecografía para el diagnóstico es casi tan importante como para el tratamiento y el seguimiento de lesiones. Por ejemplo, en caso de desgarros de tendones o ligamentos, los veterinarios pueden inyectar productos regenerativos como células madre o plasma rico en plaquetas directamente en la zona desgarrada bajo guía ecográfica. Insertan la aguja en el haz de ultrasonido para visualizar la profundidad de penetración y observar cómo el producto de tratamiento entra en el espacio. Los veterinarios pueden tratar otras zonas como las articulaciones sacroilíacas, la columna toracolumbar y las articulaciones facetarias cervicales con antiinflamatorios bajo guía ecográfica. Sin la ecografía, realizarían tratamientos a ciegas, posiblemente demasiado lejos del punto de dolor para ser efectivos. La guía ecográfica también garantiza que la aguja no perfore otras estructuras accidentalmente.
Tras una lesión o tratamiento, los veterinarios realizan exámenes clínicos y ecográficos de seguimiento para evaluar la curación. Buscan una reducción del área transversal de las lesiones de tendones y ligamentos, una mayor ecogenicidad y una mejor alineación de las fibras. Las mejoras observadas en los exámenes ecográficos y las evaluaciones clínicas, en conjunto, guían las recomendaciones para aumentar la carga de trabajo del caballo.
De hoymáquinas de ultrasonidos veterinariasSon portátiles, versátiles y precisos, lo que convierte a la ecografía equina en una herramienta increíblemente útil. Con ella, los veterinarios pueden obtener imágenes de cualquier tejido para determinar diagnósticos, a la vez que ayudan a los propietarios a ahorrar tiempo y dinero. También ayuda a guiar la administración de agentes terapéuticos y a monitorear la recuperación. Si su veterinario recomienda una ecografía para su caballo, comprender sus usos, mecanismos y limitaciones puede ayudar a aclarar el proceso.
Hora de publicación: 13 de junio de 2024